May 23, 2008




Los estudiantes de arquitectura no han estado de ociosos: tienen todos los tableros transformados en bellas pinturas (una copia de Tótila Albert) y estan armando un mural colectivo que incluye una copia del mismísimo Klimt. Muy organizados, día a día informan de las actividades en su página, y estan firmemente comprometidos a conseguir lo que solicitan en su petitorio. A pesar de que la Bachelet no dijo nada en su discurso del 21. Me di cuenta que los espacios estan impregnados de poder. En días normales, la universidad esta impregnada del poder de autoridades y profesores y de un modelo de vida productivo y más bien ensimismado (cada oveja en su redil produciendo papers, haciendo clases, etc...). Ayer, se respiraba el poder de los espacios en manos de los estudiantes, en un modelo creativo y colectivo. Fue refrescante sentirlo. Había olvidado que eso también es posible.

La realidad del campus es otra, no puedo dejar de disfrutar esta otredad, este aire de fin de mundo, de calles por fin sin la invasión de los autos, de silencio y pasos. Un colgado recuerda que tanto silencio no es banal.


La lluvia arrecia mientras saco esta foto de la alameda, entrada oficial de la Universidad Austral de Chile, que en condiciones normales, estaría con un flujo de autos y micros de entrada y salida. Hace unos días que la normalidad cambió. Una carpa, peaje para pasar, tres cálidas estudiantes que conversan sobre el estado de la toma.

May 21, 2008


Dos mundos. Ahí esta la Malena una mañana en el Entre-Lagos (o Entre-Viejas, como le dicen algunos) esperándome, para una sesión de nivelación (chiste interno). Las señoras que se ven en la calle venden verduritas frescas y quesitos a las señoras que toman café al mediodía en el local. Después de un rato, vinieron los carabineros y las corrieron de ahí. El mozo nos contó que no tienen permiso de vender en ese lugar, que los carabineros las corren pero vuelven, que los pacos saben que vuelven y no dicen nada, porque al final no molestan a nadie y es como si siempre hubieran estado allí. Ellas vienen de Temuco, allá no venden mucho me dijeron, que les va mejor aquí. Duermen en una pensión cerca del terminal de buses. Dos mundos. El de afuera y de adentro, el de arriba y el de abajo, la Malena se fue pal norte y yo me quedé en el sur.