Oct 23, 2005


A propósito de los que cruzaban a nado hacia el islote Haverbeck, estos dos hermanos, Juan Carlos y Nelson, lo hacían cuando niños. Dicen que no sabían nadar, pero que cruzaban en un tablón ancho, flotando. De grandes se pusieron a trabajar en la frutería Tropical de don Eusebio Ojeda en la calle Camilo Henríquez (gracias Denis por tu observación), quien murió hace 9 años y a quien consideran como un padre. De ahí se quedaron ellos con la frutería-verdulería, y hoy como antes, abastecen al Café Palace, a Haussmann, al Dino´s y otros. También son benefactores de algunos perros vagos y perras-madres solteras que se benefician de sus buenos corazones. Son vecinos de cuadra de doña Lucila (ver post anterior), la cual me confesó anteayer que "estos chiquillos son muy buenas personas", lo cual corroboro absolutamente porque desde que vivo en Valdivia les compro a ellos y de verdad, que es un placer. Pasar por la Ruca Indiana y la frutería Tropical es recobrar de alguna manera algo de esa relación de barrio que viví de chica y que ya está tan escasa, cuando por mi calle viñamarina pasaba el lechero tocando el pito, pasaba el pescador con la canasta con erizos y merluza fresca o con los locos que apaleaba delante de uno en una cámara de rueda de auto, pasaba el diarero en su bicicleta entregando el Mampato, pasaba el vendedor de escobas y el afilador de cuchillos y todos eran conocidos y saludaban y a veces conversaban un ratito... ¿Me estaré poniendo vieja?

Oct 18, 2005




Esta foto fue tomada desde el muelle del campus miraflores, de la Universidad Austral. El río Valdivia esta tranquilo, vaporoso, melancólico. Algo tiene esta agua mansa que al estar junto a ella parece estar en un santuario, en un templo silencioso, o una iglesia en medio del desierto. La otra orilla es el islote Haverbeck, donde antaño estuviera la empresa de la familia del mismo nombre y que se hiciera pedazos con el terremoto. Todavía estan las ruinas. Pero ahora hay una especie de centro de turismo, con piscina, cafetería, juegos para niños, cabañas. el paisaje es algo salvaje, hay pavos reales y otros pájaros, humedales y arena. Varios valdivianos cincuentones o sesentones, me han contado que cruzaban a nado hacia el islote cuando eran niños. Hoy nadie se atreve, quizás por la suciedad del río. Aunque hay algunos que lo intentan.

Oct 7, 2005

En el sol primaveral de una tarde valdiviana, fui a robarme a Ilan un rato, para sacarle una foto en la calle. Ilan Stehberg tiene la productora Jirafa junto a Bruno, con quien ha hecho cosas muy buenas e interesantes, como por ejemplo el documental "ciudad de papel", que se presentó este festival de cine, y que trata del impacto que ha tenido la planta celulosa en el hábitat de los seres vivos en valdivia (incluyendo humanos!!). Ilan hace la edición y el color. También le gusta cantar, tiene una hermosa voz. Y también corta el pelo de maravillas! Detrás de Ilan se ve el convento de la iglesia de San Francisco, que ahora dicen van a cerrar, en la calle Yerbas Buenas, por donde antiguamente pasaba la muralla que encerraba la ciudad. Esta esquina es punto obligado de artistas e intelectuales, que llegan atraidos por la casa 787 y el café de la Sole.

Oct 1, 2005


Siguiendo con la feria, estas varas que se ven aquí son tallos de nalcas, aquellas plantas del bosque nativo de hoja grande y peluda. La gente las come con sal, crudas, como un entremés. Las venden en la calle, cortaditas, te las dan en la mano con una bolsita con sal. Las hojas sirven para tapar el curanto de hoyo. Cuando estuve en la Isla Juan Fernández, hace hartos años, el Gabriel Espina y yo, muertos de sed y cansancio caminando desde el pueblo hasta el aeropuerto, donde esperaba Melgarejo, tomábamos el agua de la neblina y la llovizna que se juntaba en el centro de la hojas de Nalca. Ahora en mi jardín nuevo planté varias, junto a helechos y costillas de vaca. Mi pequeño bosque nativo.