Vista de un hoyo en la ciudad, que sirve de estacionamiento, de barrial, de pampa, de cualquier cosa. Wim Wenders dice, en su charla a los arquitectos japoneses (ver libro The act of seeing), que él ama estos vacíos en la ciudad de Berlin, que permiten que cualquier cosa ocurra, que la ciudad aún no esté terminada. Sin embargo, yo creo que en Valdivia hay demasiados hoyos, lo que falta acá es materia, para que permita que ocurra el ser ciudad. La ruca Indiana (en la foto)es un boliche donde atiende una señora viejita, teñida de negro, muy amorosa. Vende artesanías, canastas, escobas, ponchos. La vitrina la tiene igual desde que llegué a Valdivia, hace 5 años. Esta llena de polvo y telarañas. Esta calle se llama Camilo Henríquez, en honor al ilustrado independentista que nació en este pueblo el 20 de julio de 1769, cuatro años antes que se abrieran los primeros cafés en la ciudad de Santiago.
3 comments:
Concuerdo con que esos espacios en Valdivia abundan en demasía. La Ruca Indiana no siempre estuvo allí, su lugar de origen fue en calle Libertad, frente al Diario Austral, donde actualmente creo que hay un comando político. Pero como toda esa cuadra sufrió importantes modificaciones, primero con el senador Valdés y luego con el CECS, la Ruca tuvo que partir hacia su actual ubicación. Es un establecimiento que tiene muchos años, no se cuantos, pero te puedo asegurar que desde que tengo memoria que existe la Ruca Indiana. En Valdivia quedan pocos locales tan antiguos y de tanta tradición.
Tuve la oportunidad de vivir en Valdivia, justo después del 60. La felicito por actualizar el terremoto, y reconstruir los errores de la memoria urbana.
Vivo en La Serena, en la decada del 50 pasaba por las calles serenense un vehiculo tipo bus, era La Ruca Indiana, vendian mantas y prendas artesanales del sur de Chile, en mi casa aun conservamos un cubrecama de lana,para vender su mercaderia tenian un equipo de musica potente para la época, recuerdo los temas de Ritmo y Juventud y Los Peniques, los temas mas pegajosos era La Basura, Los Marcianos y el Chipi Chipi de los que recuerdo, tiene algo que ver con ese negocio valdiviano.
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