Nov 27, 2007



El sábado pasado hubo una feria del Trueke en la ex-estación de trenes de Valdivia. Llegó gente de todos lados con ropa, yerbas, jueguetes, platos, cajitas, revistas, libros, collares, camas, jugueras, mermeladas, chicha e´manzana, harina tostá, cuchillos, etc...algunos trocaban también servicios, como por ejemplo trenzas, masajes, reiki, la suerte, abrazos o diseño de afiches. Tocaron grupos de música Punk, Blues y folk. Hubo almuerzo en largas mesas en los andenes, equilibristas en la soga , hippies alemanes y charlas de antropólogos. Un verdadero evento digno de una nueva región. Los maquinistas, que deleitarona a los presentes con sendos viajes a Antilhue y otros a Collico en la bella locomotora del año del ñauca, son en realidad prestigiosos ciudadanos valdivianos que se ensucian de carbón los fines de semana. Vea usted a estos personajes y diga si los conoce.

Jul 21, 2007

Paola y Pablo me han reclamado y he caido en la cuenta (como dirían los ritocanos) que ha pasado muchísimo tiempo desde la última foto publicada, en febrero, donde todo Valdivia era agua. Sigue siéndolo, pero ya no tanto porque este invierno ha estado seco. No ha habido las grandes lluvias de semanas y semanas, las inundaciones de barrios completos, el desborde de ríos. A cambio, ha habido fríos que calan hasta la médula de los huesos, hasta 7 grados bajo cero, e incluso nieve. Nevó en Valdivia hace unos días, la nube cruzó rauda de norte a sur, dejando una franja blanca sobre la ciudad que no alcanzó a blanquear a todos sus habitantes. Yo no la ví. Pero mientras nevaba, dos personas me llamaron por teléfono gritando "esta nevandoooo mirapafueraaa!!" pero por más que miré, cámara en mano, la nube nevada no pasó sobre mi cabeza. Que fome.. pero lo que sí veo son las madrugadas congeladas de techos y pastos blancos de hielo, en que la ciudad despierta humeando pellín, ulmo, pino, eucalipto...lo que sea para pasar la noche sin morir en el intento. Hoy en la mañana granizaba a baldazos entre rayos de sol y nubes negras; ahora llueve a cántaros, los truenos remecen la casa, la Amanda grita, la perra aúlla y la gata se esconde.

Feb 8, 2007


Verdaderamente Valdivia es pura agua, por abajo y por arriba: por abajo ríos, estuarios, humedales, riachuelos, inundaciones, pantanos y por arriba niebla y lluvia. Una vuelta por el aire bastan para confirmar lo que se intuye recorriéndola por calles y carreteras, y lo que se "sabe" de ver los mapas. Es mil veces más impresionanete verlo con los propios ojos. Aunque sea por 20 escuálidos minutos en los vuelos turísticos desde el aeródromo Las Marías. Para mi hija de 6 años fue una revelación: las vacas y las personas parecían hormigas (gritaba de emoción!) y dijo que nunca pensó que Valdivia fuera tan grande. En la foto de arriba, en la punta del cerro de la Isla, se ve mi casa.

Hace un par de años que en Valdivia se esta realizando la fiesa de la cerveza o la "Bierfest", en que la cervecera local promueve el turismo, gana unos pesos y aprovecha de revivir la dormida cultura alemana que aunque no se note tanto como hace 100 años, existe igual. Los más felices con estas fiestas son los viejos alemanes, bisnietos o tataranietos de los colonos, que paseando en carromatos tirados por caballos o entonando melodías típicas, gozan como cabros chicos. En la plaza hay grupos de parejas jóvenes que bailan danzas folkóricas y en la Saval (parque municipal) la cerveza y los crudos no paran de correr. La pertenencia. La identificación. La cultura. Armas de doble filo. ¿Dónde esta el límite entre la sana pertenencia y el desquiciado nacionalismo? (me voy al jardín a regar un rato para pensar en esto, 7.12 am, esta saliendo el sol....)


Desde la plaza de Niebla, a un costado, hay un mirador fantástico en que se puede ver el costado del fuerte (que lleva su mismo nombre, a la derecha) y al fondo Corral con su fuerte y las rumas de chips. ¿Qué otra plaza del mundo tiene mirador al mar? De las que conozco me parece que Caleta Tortel y Calbuco, si mal no recuerdo.
Cuando fui a dejar a mi hija al cumpleaños de la Marte en Niebla, un sábado, aproveché de darme una vuelta por el pueblo. Niebla es un pequeño balneario, caleta de pescadores, fuerte español, pueblo. En verano hacen fiestas para los turistas como el mes del mar en que traen orquestas, arman cocinerías, se llena de olor a fritanga y las micros no paran de llevar gente. Paralelo a esto, la gente mantiene sus costumbres y como cada año, este salieron a darle una vuelta a San Sebastián. El cura que hablaba tenía acento extranjero, mientras caminaban iban todos cantando. Después que pasaron frente a mí me uní por un rato a la cola de la procesión, pensando en hacer otras fotos, pero me encontré siendo una observadora observada, ya que los autos que pasaban lentamente junto a nosotros me miraban con curiosidad, como un miembro más de la comitiva.

Jan 19, 2007



Ayer llegué a mi casa en la tardecita, tipín 9 y media 10, y a pesar de haber venido mirando el cielo, la bruta no ví el maravilloso milagro que estaba sucediendo. El Manuel salió afuera a girar mi cabeza y obligarme a mirar entre los árboles, al horizonte. Casi me da infarto de la impresión. Dicen que el cometa McNaught es el más grande y brillante visto en los últimos 30 años. Por lo menos se ve bastante más que el famoso Halley que nos emboló la perdiz por los 80. En las fotos de arriba no aparece tan espectacular como en la realidad...porque de verdad es increíble verlo. Llamé a 10 amigotes para avisarles de la maravilla y ninguno sabía del cometa! El lunes 22 estará en su mayor cercanía a la tierra, por lo que rogemos que haya cielo despejado para gozar de su hermosa y efímera muerte de hielo derretido por el sol.

Dec 22, 2006



Todas las navidades la oficina de Correos de Chile prepara una mesa donde muchos niños dejan sus cartas pidiendo regalos al viejo Pascuero. Son niños de pocos recursos que quizás creen en el viejo o quizás no, pero lo que no pierden es la esperanza de recibir un regalo. Las cartas quedan ahí, encima de la mesa, a la manito de Dios. O a la manito de estas solidarias personas que llegan diligentemente año tras año a leer las tiernas peticiones y a tratar, en lo posible, de satisfacerlas. ¿Por qué lo hacen? ¿Espíritu navideño? ¿Serán todo el año igual de solidarios o es sólo en navidad? Continuará....

Dec 13, 2006



Desde que abandoné mi auto, hace unos tres meses, me he dedicado a caminar por la ciudad. A veces tomo micro, en caso de apuro un taxi. Pero en general camino. Porque Valdivia es una ciudad que se puede caminar y se disfruta caminando. Venía del centro, de hacer unos trámites y me iba a la pega, en la Isla Teja. El cruce por el puente Pedro de Valdivia es siempre una sorpresa. El lado sur del puente da hacia el centro de la ciudad, al mercado, la feria fluvial, los barquitos, al MAC (museo de arte contemporáneo), al Museo Histórico, al parque Prochelle. El lado norte (el de la foto), da a la costanera, al restorant flotante camino de luna, al vapor Collico, a la Isla Teja, al club de remo, y más allá a la escuela de arquitectura. Al fondo esta Asenav, donde arreglan y hacen barcos. El vapor Collico fue el medio de transporte que tuvo el molino Kunstmann desde 1917, para acarrear harina hacia el puerto de Valdivia, a los barcos que luego salían por Corral. Ahora esta convertido en una reliquia. Mientras miraba ensimismada la mañana quieta y nubosa, buscando el mejor ángulo para la foto, se pararon a mi lado dos señoras de Santiago que andaban turisteando. Me preguntaron si yo era valdiviana y al negarlo, diciendo que era porteña, se sintieron algo decepcionadas. Pero luego se entusiasmaron al saber que yo vivía aquí desde hace años y que además sabía varias cosillas entretenidas de esta ciudad. Mientras les contaba del vapor, de la feria, del museo, de las playas, apareció un lobo marino que lentamente se dejaba arrastrar por la corriente, mientras jugaba a hundirse y luego salir a superficie. Gozando de la vida, este especímen estaba ajeno a todo trajín humano, a todo apuro, a todo horario. Las señoras miraron un rato y se despidieron felices con el espectáculo de este particular vedetto. Yo me quedé feliz sintiendo que estos momentos (las señoras, el lobo y el paisaje) son imposibles de vivir desde la velocidad eficiente del auto, que convierte cada minuto de la vida en algo útil.

Bellos momentos inútiles, por los cuales vale la pena vivir.

Dec 12, 2006

Nov 29, 2006

"Pero es muy poco ecológico..." me dijo cuando le saqué la foto, porque fumar en estos tiempos es mal visto, porque los viciosos son perseguidos como delincuentes, así es que escapando de la ley llegamos donde llegan los lugareños y los afuerinos: donde la Sole. "La Última Frontera" fue literalmente eso, donde el afuerino Gustavo Boldrini encontró el lugar para saciar su sed de pucho bajo la sombre titilante de un enorme castaño. Mientras escribo esto pienso que nada de lo que ahora diga podrá superar la expresión de su mirada, de su mano, de sus labios besando ansiosamente el cigarrito indefenso que se consume implacablemente, despiadadamente, como consumió Raín a sus mujeres, violentamente, pero a pesar de eso uno termina queriéndolo, echándolo de menos, sintiéndolo. No importa Gustavo, nunca vas a ser poco ecológico, fuma no más.
PARE miéchica, como dice Ricardo a lo que no le parece, porque la verdad es que este valdiviano no tiene pelos en la lengua para decir NO. Ricardo Mendoza es de los antiguos de este pueblo, originario, sabe de todo, se acuerda de todo, ve debajo de las piedras, de los musgos, a través de la niebla...y por eso será que lo nombraron Director del museo de Niebla. Allí realiza una labor notable, arribita mismo del fuerte Niebla, donde antaño los obcecados españoles no soltaban la teta que los tenía contentos y que después de Cochrane, de su dorado no queda más que una bella ruina. Y si de ruinas se trata, Ricardo tiene su propia teoría sobre el destino aparentemente ruinoso de Valdivia, pregúntenle a él! Mientras, PARE de soñar que la reconstrucción de este pueblo va por un puerto en Corral, una Celulosa, un Portal Valdivia, una nueva región. PÁRELE puhiñor!

Oct 31, 2006


En la tarde fui a ver a Alfredo a la clínica, se esta muriendo. Hace como 3 meses hablamos por teléfono y claro, estaba con quimioterapia, pero bien. Conversamos de lo terreno y lo divino, me contó que los que pasan por un cáncer y viven, se llaman "sobrevivientes". Me gustó la idea de ser sobreviviente, yo soy sobreviviente, aún. Quedamos en que iba a pasar a verlo a su casa, porque estaba con licencia, en que me iba a prestar no se que libro super bueno sobre la vida, en fin... En mi agenda dice cada ciertos días: ir a ver a Alfredo. Pero la agenda aguanta mucho, se me venían encima los compromisos ineludibles, las clases, lo que no hice, lo pendiente, mis propios exámenes y Alfredo pasaba para la otra semana. Ahora ya es muy tarde, 3 meses pasaron como 3 minutos y Alfredo esta muriéndose. Igual le tomé la mano y me despedí de él, sabiendo que en realidad me despido para cerrar mi despedida, lo que no hice antes. Qué inconsciencia, que vida tan apurada e inconsciente me arrastra...no quiero que me sorprenda la muerte así, agitada, con la nariz perdida en la hojarasca de una idiota agenda.

Sep 5, 2006




Otro lugar de la Saval es desde atrás, desde la población socovesa. En la mañana del lunes pasé como un cuarto para las 8 y estaba todo congelado, blanquísimo. El aire dolía en la nariz, en la cara, perfumado y de hielo. El fin de semana habían estado ensayando para el rodeo así es que pillé unas vaquillas comiendo pasto bajo la medialuna. De vuelta del trabajo, como a la 1 y cuarto, el pasto brillaba verde bajo el sol del mediodía.

Algunas cosas que suceden en el recinto municipal de la Saval...por ejemplo, al mediodía los empleados contratistas de ornato se juntan a jugar rayuela, todos los días, salvo cuando truena y relampaguea. Cuando me vuelvo caminando a casa los veo echando la talla, muertos de la risa, y pienso qué fácil es pasársela bien un rato en la vida, bajo un gran árbol, un día de primavera en que el sol apenas entibia los huesos.

Aug 29, 2006


El jueves pasado fue el funeral del papá de mi amiga Vivi. Se llamaba Hugo Cayul, tenía 55 años y murió de cáncer. Yo no lo conocí, pero a juzgar por la cantidad de gente, era una persona harto querida. La cita era a las 12 en el cementerio, pero como algunas personas se vinieron caminando desde el Parque del Recuerdo, donde fue la misa, finalmente comenzó la ceremonia como a la una. Mientras, conversamos en grupos, los que nos conocíamos, algunas señoras se sentaban a la sombra de los cipreces, algunos señores fumaban, uno que otro niño daba vueltas por ahí. Me fui a dar una vuelta por las tumbas, simpre me han gustado los cementerios, desde chica. En Valparaiso íbamos a pasear con el Kiko al cementerio del cerro Alegre y recuerdo haber dibujado en un paredón una mujer de pelo largo que decía algo así como "que delicia estar viva y sentir mi pelo mecerse al viento". Mientras esperaba aproveché de fotografiar algunas figuras santas, algunas coloreadas, otras sufrientes, incluso ciegas. Cuando ya casi todos se habían ido, escuché a dos hombres lagrimosos frente a la tumba de Cayul y uno de ellos decía: "Puta que lo vamos a echar de menos a este hueón".

Aug 16, 2006



Esta casa ya no existe, estaba en la calle Cochrane, antes de empezar Aníbal Pinto. Se quemó hace como 2 ó 3 años, me acuerdo que salió en las noticias que incluso hubo gente dañada, creo que un niño quemado y una señora, que no alcanzaron a salir. No sé qué será de ellos ahora, al niño le iban a hacer injerto con piel de chancho y pedían donaciones de sangre. Maldita hepatitis que me impide donar, pienso cada vez, porque miedo a la jeringa no le tengo. Es usual que se quemen casas en invierno aquí en el sur, las estufas a leña mal usadas son la causa: que no estaba limpio el caño, que se cayó ropa sobre la estufa, que no estaba bien aislada de la muralla, en fin. Cada año lo mismo. La casa me gustaba mucho, tenía unas bellas proporciones y un tamaño justo. Los detalles eran curiosos: un gran zócalo en caso de inundaciones que son el pan de cada día en esta calle en los inviernos (aunque ahora que arreglaron creo que este año no se inundó), el traslapo de las tablas por la lluvia, el color de la madera nunca pintada, la hermosa puerta de entrada con tallados art nouveau y la conexión a la luz, con un artefacto del año del ñauca. Cuando paso por ahí le pregunto a mi marido:¿te acuerdas de la casa que había aquí? y no se acuerda. La memoria es frágil, y si no fuera por esta foto probablemente esta imagen ya casi no existiría en mi recuerdo.