Todas las navidades la oficina de Correos de Chile prepara una mesa donde muchos niños dejan sus cartas pidiendo regalos al viejo Pascuero. Son niños de pocos recursos que quizás creen en el viejo o quizás no, pero lo que no pierden es la esperanza de recibir un regalo. Las cartas quedan ahí, encima de la mesa, a la manito de Dios. O a la manito de estas solidarias personas que llegan diligentemente año tras año a leer las tiernas peticiones y a tratar, en lo posible, de satisfacerlas. ¿Por qué lo hacen? ¿Espíritu navideño? ¿Serán todo el año igual de solidarios o es sólo en navidad? Continuará....
Dec 22, 2006
Dec 13, 2006
Desde que abandoné mi auto, hace unos tres meses, me he dedicado a caminar por la ciudad. A veces tomo micro, en caso de apuro un taxi. Pero en general camino. Porque Valdivia es una ciudad que se puede caminar y se disfruta caminando. Venía del centro, de hacer unos trámites y me iba a la pega, en la Isla Teja. El cruce por el puente Pedro de Valdivia es siempre una sorpresa. El lado sur del puente da hacia el centro de la ciudad, al mercado, la feria fluvial, los barquitos, al MAC (museo de arte contemporáneo), al Museo Histórico, al parque Prochelle. El lado norte (el de la foto), da a la costanera, al restorant flotante camino de luna, al vapor Collico, a la Isla Teja, al club de remo, y más allá a la escuela de arquitectura. Al fondo esta Asenav, donde arreglan y hacen barcos. El vapor Collico fue el medio de transporte que tuvo el molino Kunstmann desde 1917, para acarrear harina hacia el puerto de Valdivia, a los barcos que luego salían por Corral. Ahora esta convertido en una reliquia. Mientras miraba ensimismada la mañana quieta y nubosa, buscando el mejor ángulo para la foto, se pararon a mi lado dos señoras de Santiago que andaban turisteando. Me preguntaron si yo era valdiviana y al negarlo, diciendo que era porteña, se sintieron algo decepcionadas. Pero luego se entusiasmaron al saber que yo vivía aquí desde hace años y que además sabía varias cosillas entretenidas de esta ciudad. Mientras les contaba del vapor, de la feria, del museo, de las playas, apareció un lobo marino que lentamente se dejaba arrastrar por la corriente, mientras jugaba a hundirse y luego salir a superficie. Gozando de la vida, este especímen estaba ajeno a todo trajín humano, a todo apuro, a todo horario. Las señoras miraron un rato y se despidieron felices con el espectáculo de este particular vedetto. Yo me quedé feliz sintiendo que estos momentos (las señoras, el lobo y el paisaje) son imposibles de vivir desde la velocidad eficiente del auto, que convierte cada minuto de la vida en algo útil.
Bellos momentos inútiles, por los cuales vale la pena vivir.
Dec 12, 2006
Nov 29, 2006


Oct 31, 2006

En la tarde fui a ver a Alfredo a la clínica, se esta muriendo. Hace como 3 meses hablamos por teléfono y claro, estaba con quimioterapia, pero bien. Conversamos de lo terreno y lo divino, me contó que los que pasan por un cáncer y viven, se llaman "sobrevivientes". Me gustó la idea de ser sobreviviente, yo soy sobreviviente, aún. Quedamos en que iba a pasar a verlo a su casa, porque estaba con licencia, en que me iba a prestar no se que libro super bueno sobre la vida, en fin... En mi agenda dice cada ciertos días: ir a ver a Alfredo. Pero la agenda aguanta mucho, se me venían encima los compromisos ineludibles, las clases, lo que no hice, lo pendiente, mis propios exámenes y Alfredo pasaba para la otra semana. Ahora ya es muy tarde, 3 meses pasaron como 3 minutos y Alfredo esta muriéndose. Igual le tomé la mano y me despedí de él, sabiendo que en realidad me despido para cerrar mi despedida, lo que no hice antes. Qué inconsciencia, que vida tan apurada e inconsciente me arrastra...no quiero que me sorprenda la muerte así, agitada, con la nariz perdida en la hojarasca de una idiota agenda.
Sep 5, 2006



Otro lugar de la Saval es desde atrás, desde la población socovesa. En la mañana del lunes pasé como un cuarto para las 8 y estaba todo congelado, blanquísimo. El aire dolía en la nariz, en la cara, perfumado y de hielo. El fin de semana habían estado ensayando para el rodeo así es que pillé unas vaquillas comiendo pasto bajo la medialuna. De vuelta del trabajo, como a la 1 y cuarto, el pasto brillaba verde bajo el sol del mediodía.


Aug 30, 2006
Aug 29, 2006

El jueves pasado fue el funeral del papá de mi amiga Vivi. Se llamaba Hugo Cayul, tenía 55 años y murió de cáncer. Yo no lo conocí, pero a juzgar por la cantidad de gente, era una persona harto querida. La cita era a las 12 en el cementerio, pero como algunas personas se vinieron caminando desde el Parque del Recuerdo, donde fue la misa, finalmente comenzó la ceremonia como a la una. Mientras, conversamos en grupos, los que nos conocíamos, algunas señoras se sentaban a la sombra de los cipreces, algunos señores fumaban, uno que otro niño daba vueltas por ahí. Me fui a dar una vuelta por las tumbas, simpre me han gustado los cementerios, desde chica. En Valparaiso íbamos a pasear con el Kiko al cementerio del cerro Alegre y recuerdo haber dibujado en un paredón una mujer de pelo largo que decía algo así como "que delicia estar viva y sentir mi pelo mecerse al viento". Mientras esperaba aproveché de fotografiar algunas figuras santas, algunas coloreadas, otras sufrientes, incluso ciegas. Cuando ya casi todos se habían ido, escuché a dos hombres lagrimosos frente a la tumba de Cayul y uno de ellos decía: "Puta que lo vamos a echar de menos a este hueón".
Aug 16, 2006


Esta casa ya no existe, estaba en la calle Cochrane, antes de empezar Aníbal Pinto. Se quemó hace como 2 ó 3 años, me acuerdo que salió en las noticias que incluso hubo gente dañada, creo que un niño quemado y una señora, que no alcanzaron a salir. No sé qué será de ellos ahora, al niño le iban a hacer injerto con piel de chancho y pedían donaciones de sangre. Maldita hepatitis que me impide donar, pienso cada vez, porque miedo a la jeringa no le tengo. Es usual que se quemen casas en invierno aquí en el sur, las estufas a leña mal usadas son la causa: que no estaba limpio el caño, que se cayó ropa sobre la estufa, que no estaba bien aislada de la muralla, en fin. Cada año lo mismo. La casa me gustaba mucho, tenía unas bellas proporciones y un tamaño justo. Los detalles eran curiosos: un gran zócalo en caso de inundaciones que son el pan de cada día en esta calle en los inviernos (aunque ahora que arreglaron creo que este año no se inundó), el traslapo de las tablas por la lluvia, el color de la madera nunca pintada, la hermosa puerta de entrada con tallados art nouveau y la conexión a la luz, con un artefacto del año del ñauca. Cuando paso por ahí le pregunto a mi marido:¿te acuerdas de la casa que había aquí? y no se acuerda. La memoria es frágil, y si no fuera por esta foto probablemente esta imagen ya casi no existiría en mi recuerdo.
Jun 25, 2006



May 21, 2006


Apr 26, 2006


Mar 22, 2006

Mar 12, 2006



Feb 28, 2006


Decidí que los lugares públicos interiores tambien eran parte de las calles de Valdivia, sobretodo si estaban habitados por personajes que SON parte de estas calles (no es que sean vagos, es que uno siempre se los encuentra allí). Aquí estan los populares Pablo y Meli, infaltables personajes de esta ciudad, en el café de la Sole, "La última frontera". Por cierto, a la Sole todavía no la pillo para sacarle foto. Meli es el "dueño de casa" del 787, casa habitada por varios clásicos más que poco a poco iré publicando y que ya conforma una pequeña comunidad bastante creativa por cierto, pues además del Café, alberga a Jirafa, al centro cultural de promoción cinematográfica y a la olla encantada, entre otros.
Jan 27, 2006

Jan 20, 2006

Paré un momento el auto para que la Ricarda fuera al cajero a sacar plata y volvió sonriente con el diario: era inimaginable la última vez que ella estuvo aquí, que apareciera una foto así de Pinochet en la prensa. Mi prima ha venido a Chile varias veces, la primera, cuando recién fue el golpe de estado y los parientes alemanes querían saber si estábamos bien. Ella tenía 6 años y yo 9. Ya han pasado 33 años desde aquella vez. Y mucha agua bajo el puente...lo muestra la foto. La calle Picarte también ha cambiado, obviamente. Pero el edificio que se ve en la esquina de la plaza, a la izquierda en la foto, es uno de los que se ha conservado, aunque antes del terremoto tenía mucho más definido su estilo art nouveau. Del edificio hacia abajo por Picarte, lamentablemente la cuadra es una de las más feas de la ciudad...que no se enojen los valdivianos por mi sinceridad!!!!!!
Jan 16, 2006

El domingo como a las 2 de la tarde suena el teléfono, contesto y una voz de hombre me dice:"¿qué tenís de almuerzo?" el tono de voz me sonaba en lontananza de años, donde no laceraban los afanes (diría Godo) y como mi asombro sólo me dejó articular un "¿quéee?" la voz repitió: "¿tenís almuerzo o no?" y en eso me cae la chaucha: "Pablo Quercia!!!!aóndestaiiiii??????" Entonces me cuenta que viene viajando desde Chilechico con la Paola y que va en la ruta 5 pasando por la segunda entrada a Valdivia y que me decida altiro si lo quiero recibir. Por supuesto que sí, siempre sí. Hace 15 años cuando aún vivía en Düsseldorf sonó el timbre y yo muy a la alemana contesté por el citófono: "Hallo???" y de abajo me dicen "Abre la puerta!!! soy el Pablo". Bueno, este bestia andaba patiperreando por las uropas, no me había dicho nada, simplemente apareció. Tal como este domingo, como si nada, 15 años después. Esos son amigos. Almorzamos juntos en Los Molinos, balneario popular de Valdivia, en un clima veraniego bastante valdiviano. A la vuelta se puso a llover a cántaros. Aquí el puente cruces, hacia la Teja, tipo 5 de la tarde.

Jan 11, 2006

La cara de alucinada de mi hermana Lola en la playa de Pilolcura, no deja lugar a dudas que este es el respiro con olor a paraíso que ella necesitaba después de su prolongada estadía en alemania. Pilolcura es una playa bellísima que queda al norte de Curiñanco, que es otra playa
espectacular, y que a su vez queda al norte de Los Molinos y de Niebla, que son los balnearios de Valdivia. Cuando vivíamos en Valparaíso, en nuestros años mozos, solíamos pasar cada 1º de enero del año nuevo, en la playa Las Docas de Laguna Verde. Pasábamos al puerto a comprar unos mariscos, pescados, pan y ensaladas, la infaltable botellita reponedora y partíamos el grupo de amigotes a dormir la mona. Ahora hacemos lo mismo, pero en Pilolcura, si el tiempo sureño lo permite. Este 1º de enero fue generoso, la tarde estuvo tibia y soleada, algunos hasta se bañaron. Nosotros subimos la duna y desde aquí mi prima Hanna contempla embelesada el paisaje, guardando cada rayito de sol para hacerlo brillar luego en su casa invernal en Berlin, mientras la Amanda juega aparentemente ajena al escenario, conversando con su nueva barbie que le trajo el dadivoso viejo pascuero.
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